martes, 17 de noviembre de 2009

Cuento - El Ninja Sin Sobra (Modificado)


El Ninja Sin Sombra
o
El músico sin nota

Había una vez un niño que no era muy popular en su colegio, ya que a pesar que le gustaba la música todos decían que tenía dedos torpes, que era muy tonto y cosas por el estilo. Su nombre era Carlos y prefería permanecer solo por su falta de confianza en sí mismo. En la hora del recreo todo mundo lo hacía caer y se burlaban porque no sabía tocar ningún instrumento a diferencia de ellos. El estudiaba en un colegio que basaban sus principios en la música y el no podía ni siquiera con la flauta dulce lo cual lo deprimía demasiado y le quitaba más confianza en sí mismo.

Sus compañeros de clase para poder burlarse de en público, lo inscribieron en el concurso anual de talento musical que organizaba su colegio para el cual el obviamente no se sentía preparado. El concurso se realizaría dentro de dos meses. El que lo ganara quedaría como el chico más popular de toda la escuela y se ganaría el respeto de los demás.

Al darse cuanta Carlos que su nombre estaba entre los inscritos, se sintió muy preocupado al respecto, pero a la vez se dio cuenta que esta era su oportunidad de demostrarle a todos que el si tenía un talento musical y que no lo podía explotar por su falta de confianza en sí mismo. Así que decidió buscar en Internet maestros privados de música para que en esos dos meses lo ayudara a sacar ese músico que llevaba por dentro. Un anuncio en especial llamó su atención por completo el cual decía: “Te ayudamos más que a tocar un instrumento, a confiar en ti mismo y a dejarlos a todos callados”, ya que esto era lo que el buscaba y decidió ir a buscar la dirección que aparecía en la pantalla.

Ya cuando caía la noche después de salir de clases, el niño se fue en busca de la academia en donde podría contratar a esa persona que lo ayudaría, pero al llegar solo había una casa muy lujosa y elegante con la puerta abierta. El pensó que tal vez ese no era el sitio que buscaba y al dar un paso para irse, vio a una persona que llevaba un violín y tocó una nota la cual le sonó conocida a nuestro amigo se guido de una pregunta: “¿Qué nota es esta?” a lo cuál Carlos con voz temblorosa respondió: “¿Si bemol?” Este misterioso hombre le dijo que había acertado, pero que debía estar seguro de lo que decía, debía confiar en el, ya que ningún chico había acertado en la respuesta. Luego se presentó con el nombre de Luis y le contó que el sería su maestro. También que en menos de dos mese le enseñaría a tocar alrededor de 5 instrumentos y a ser un excelente músico.

Al principio Carlos se negó ya que no se sentía capaz de lograr tanto en tan poco tiempo, pero su maestro lo convenció diciéndole que no tenía nada que perder. Al darse cuenta que su maestro tenía razón, empezaron esa misma noche el entrenamiento en el cual tenía profundización en partituras, canto, instrumentos como: el violín, el chelo, la flauta traversa, entre otros. Al cabo de dos meses, Carlos ya era todo un experto en lo que se había propuesto y se sentía preparado para la competencia.

La siguiente semana empezó el concurso, a pesar que él se sentía seguro, al ver las otras presentaciones empezó a sentirse intimidado. Llegó un momento en el que pensó que no podría ganar y meditó retirarse, hasta que observó el periódico musical que estaban repartiendo y se dio cuenta que en la portada estaba su maestro, el cuál era el director de la filarmónica más importante del país. Al darse cuenta de esto, se dio cuenta que estaba mejor preparado que el resto y decidió subir al escenario a mostrar todo lo que había aprendido. Todos quedaron con la boca abierta después de ver que este niño desaliñado, ya no era un “donnadie”, ya era todo un músico profesional gracias a su talento y a la ayuda de su maestro, el más increíble músico del mundo.

Como era de esperarse Carlos ganó el concurso y se ganó el respeto de los demás, pero el premio más importante fue haber tenido confianza en sí mismo. El dedicó su triunfo a su maestro quién lo ayudo a creer en su talento.

FIN

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