Actualmente el teatro es un evento cultural que no alcanza a ser frecuentado por la totalidad de los bogotanos. A pesar de haber llegado ya hace siglos a nuestro país, este espacio al parecer no llama la atención de la mayoría de personas, sino por el contrario llega a grupos reducidos que lo visitan frecuentemente por intereses o gustos propios. Esto ha llevado a crear mitos tales como que es un lugar frecuentado solo por élites o personas con un grado avanzado de intelectualidad, o sencillamente que sus precios son inalcanzables para el bogotano promedio.
Para mí, este es un arte que no es muy desconocido, ya que desde pequeño he tenido la oportunidad de apreciar varias de sus formas y ramas gracias al interés que mis padres han inculcado de él en mí. Hoy en día trato de ir frecuentemente acompañado de personas que se que lo disfrutan de igual manera que yo lo hago, pero no puedo asegurar que todas las personas con las que me relaciono, tienen este mismo interés por el teatro.
Tuve la oportunidad de ver “Una noche de primavera sin sueño”, una adaptación de la obra escrita por Enrique Jardiel Poncela, a cargo de Gustavo Orozco González, director del grupo de teatro de la Universidad Central.
A pesar de que la obra fue presentada en el auditorio del primer piso de la sede norte de la Universidad Central (el cual es de espacio reducido), este no se encontraba totalmente lleno, teniendo en cuenta que la función fue presentada en horas de almuerzo en la que la cafetería de la Universidad si se encontraba bien concurrida y a la amplia divulgación de la pieza de comedia. Los pocos espectadores, eran estudiantes de la universidad, uno que otro docente y uno que otro funcionario que se acercaron curiosos sobre lo que se iba a apreciar. Antes de empezada la pieza teatral se podían escuchar no más que murmullos y una que otra risa por parte de los asistentes.
La obra de teatro trata sobre los típicos problemas que enfrenta una joven pareja de casados, en una noche en la que un pequeño problema como el insomnio, termina en una pelea en la que el marido abandona la casa y posteriormente vuelve. En ese transcurso suceden situaciones bochornosas y divertidas en las que se ven involucrados la familia de la pareja, la servidumbre e inclusive un extraño llamado Serafín.
El recibimiento de las personas que asistieron fue de gran acogida, y esto se fue reflejado en las risas que despertaba en cada espectador los hechos ocurrentes por los que pasaban cada uno de los personajes de la historia, demostrando que se estaba cumpliendo con el objetivo de la puesta en escena la cual era divertir al público con esta comedia. Ninguna persona en el auditorio se perdió un solo suceso por casi la hora y media que tuvo de duración la obra y esto se dio entre otros detalles, a la buena preparación de los actores, una excelente dirección por parte del encargado y una agradable y convincente escenografía en la cual las luces y los sonidos complementaban todo un contexto para sumergirse.
Toda esta experiencia me ayudó a darme cuenta, que a una actividad cultural como el teatro, se puede ir con la compañía de cualquier persona que lo sepa apreciar y respetar como un arte que cada día va encontrando nuevas formas de evolución y de expansión por el mundo. Mi acompañante, al igual que el resto del público, tuvo un buen momento de distracción y ocio, y se fue a casa con un buen recuerdo y una nueva percepción de lo que es tan solo una de las formas de teatro con la que actualmente contamos y espero que en sus tiempos libres esta sea una nueva actividad que quiera frecuentar de vez en cuando.
Las personas deben ser más abiertas a experimentar este gran mundo que es el teatro, cada uno de nosotros lo percibimos de maneras diferentes, pero siempre deja ya sea una enseñanza, una vivencia o simplemente un buen momento para recordar y compartir con otras personas. No hay excusa alguna para dejar que sean sólo algunos los que tengan el placer de disfrutar este tipo de espacios, porque actualmente hay diversas formas de teatro y asimismo se encuentra para todo tipo de público, en diversos precios y en diferentes lugares, demostrando que está hecho para ser deleitado por cualquiera, en cualquier momento.